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Mitos y realidades sobre el uso de una mascarilla

El uso de mascarillas faciales, combinadas con otras medidas preventivas como el lavado frecuente de manos y el distanciamiento social, puede ayudar a retrasar la propagación del coronavirus. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que todas las personas mayores de dos años usen una mascarilla mientras están en lugares públicos. Sin embargo, ha habido mucho debate sobre el uso de las mascarillas y la información errónea difundida en internet. Vamos a aclarar las ideas erróneas más comunes sobre las mascarillas.

Woman in mask dispelling the myths

Mito: No estoy enfermo, así que no necesito usar una mascarilla.

Realidad: En pocas palabras, usar una mascarilla de tela ayuda a disminuir la propagación de la COVID-19. La investigación ahora ha demostrado que una cantidad significativa de personas con COVID-19 carece de síntomas. Estas personas no saben que están transmitiendo el virus a otros cuando hablan, estornudan, tosen o levantan la voz (por ejemplo, cantando o gritando). Usar una mascarilla ayuda a reducir la transmisión de las gotitas respiratorias a otras personas a su alrededor. Debería usar una mascarilla para proteger a los demás y ellos deberían usar mascarillas para protegerlo a usted.

Mito: Usar una mascarilla de tela no me protege de contraer la COVID-19.

Realidad: Se usa una mascarilla de tela para proteger a otros en caso de que usted tenga el virus. Los países que requirieron mascarillas faciales, pruebas, aislamiento y distanciamiento social al principio de la pandemia han tenido éxito en retrasar la propagación de la enfermedad. El sentido común también sugiere que cierta protección es mejor que nada. Las mascarillas de tela reducen la cantidad de gotitas respiratorias que una persona libera al aire cuando habla, estornuda o tose. La cantidad total de gotitas en el aire se reduce cuando más personas usan mascarillas y esto reduce su riesgo de estar expuesto a la COVID-19.

Mito: Una mascarilla facial en realidad puede hacerme más propenso a contraer la COVID-19.

Realidad: Si bien algunas personas pueden tocarse la cara con más frecuencia cuando usan una mascarilla, es posible reducir el riesgo de infección con una buena higiene. Asegúrese de lavarse las manos con frecuencia, lave la mascarilla de tela después de usarla y sepa cómo ponerse y quitarse la mascarilla correctamente. Puede obtener más información al revisar las directrices sobre cómo usar y cuidar los protectores faciales de tela.

Mito: Usar una mascarilla aumentará la cantidad de dióxido de carbono que respiro y me enfermará.

Realidad: Algunas personas han escuchado que respirar dióxido de carbono (CO2) al usar una mascarilla puede causar síntomas como mareo, vértigo, dolor de cabeza y falta de aire. Sin embargo, la cantidad de CO2 generada al usar una mascarilla es ínfima. Durante muchos años, los proveedores de atención médica han usado mascarilla durante períodos prolongados sin reacciones adversas para la salud. Los CDC recomiendan usar mascarillas de tela en público y esta opción es muy respirable. En los adultos sanos no hay riesgo de hipoxia, que son niveles de oxígeno más bajos. El dióxido de carbono se esparcirá libremente a través de la mascarilla mientras respira. Si se siente incómodo con su mascarilla, trate de limitar la conversación y respire por la nariz. Eso reducirá el nivel de humedad en su mascarilla. Tenga en cuenta que una vez que una mascarilla se moja (tal vez por la exhalación), comienza a perder su efectividad y deberá lavarse o reemplazarse.

Mito: Si estoy usando una mascarilla, no necesito practicar el distanciamiento social. 

Realidad: Los CDC recomiendan el uso generalizado de los protectores faciales de tela simples para ayudar a prevenir la transmisión de la COVID-19 por parte de personas que tienen el virus pero que no lo saben. Pero no es un sustituto del distanciamiento físico. Todos deberían continuar practicando los comportamientos recomendados como:

  • Mantener la distancia física: a seis pies o aproximadamente dos brazos de distancia de otras personas.
  • Limitar las reuniones presenciales.
  • Lavarse las manos con jabón con frecuencia.
  • Quedarse en casa si no se siente bien.
  • Hacerse una prueba si tiene síntomas de la COVID -19. Llamar a su proveedor de atención médica local para programar una prueba.
  • Autoaislarse si ha estado cerca de alguien que está enfermo o dio positivo.

A medida que el número de casos de coronavirus continúa creciendo en Oklahoma, el uso de una mascarilla sigue siendo uno de los mejores métodos para prevenir la propagación comunitaria.